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Vía de la Plata

Lunes, 30 Noviembre -0001 00:00
Por este nombre se conoce a la calzada romana que partía de Emérita Augusta, capital de la Lusitania y actual ciudad de Mérida y llegaba hasta Asturica Augusta, la Astorga de hoy en día. 
En el Itinerario de Antonino este trayecto equivaldría a la calzada número XXIV entre Mérida y Zamora y a la XXVI entre Zamora y Astorga. Se trazó durante la invasión romana a finales del siglo I a.C. con un fin puramente militar y adquirió gran importancia como red comercial durante los siglos del Imperio.
 
El sobrenombre de Plata sigue siendo un misterio y la opinión más generalizada la defiende el catedrático José Manuel Roldán Hervás en su obra Iter Ab Emerita Asturicam, El Camino de la Plata, publicada en el año 1971 por la Universidad de Salamanca. Según Roldán Hervás el nombre de plata deriva de la palabra árabe BaLaTa, que significa enlosar, y dice así: "Aún hoy, en Siria, se conoce con el nombre de BaLaTa, el camino que aparece enlosado con piedras irregulares y grandes, por tanto creemos acercarnos bastante a la realidad si pensamos que el pueblo tomó el sonido extraño del árabe y lo hizo suyo en la palabra homófona castellana que más se le aproximaba y que evidentemente era plata".
 
Apenas hay senderistas que se conformen sólo con descubrir el legado romano a través de los 490 kilómetros que separan Mérida de Astorga. La Vía de la Plata, el principal eje de comunicación del occidente español, se convirtió por méritos propios en la ruta jacobea del sur y hoy es el itinerario elegido año tras año por más de 4.000 peregrinos para llegar hasta Santiago de Compostela. Por escasez de tiempo algunos comienzan en Mérida, pero la inmensa mayoría parte desde Sevilla y sigue el itinerario de la Vía romana hasta Granja de Moreruela, la localidad zamorana donde cogen el desvío del Camino Sanabrés que les lleva tras trece jornadas más hasta Santiago. Los menos continúan por la Vía de la Plata hasta Astorga para enlazar con el Camino Francés.
 
La Vía de la Plata es el reino de la flecha amarilla. Las antiguas losas romanas han cedido el relevo a las marcas de pintura chillonas y ellas son el mejor aliado para no perderse entre dehesas y pistas de concentración parcelaria. Las flechas están repartidas por todo el recorrido y, además, en toda Extremadura hay unos cubos de granito bautizados con el nombre de H1 que lucen en relieve el arco de Cáparra. Si muestran un azulejo de color amarillo indican que el camino es transitable, aunque no coincide con el trazado original de la Vía. Si la marca es verde sigue el trazado de la calzada milenaria, y si coinciden ambas el camino es transitable y sigue fiel el itinerario que tuvo la calzada. Las flechas amarillas y la ruta jacobea coinciden con los cubos que muestran azulejo amarillo o azulejo verde-amarillo.
 
Desde Sevilla a Astorga hay 705 kilómetros y el trayecto, que contaba con 20 mansios, sigue el trazado de cuatro calzadas del Itinerario de Antonino:
 
La número IX, Ab Hispali Italicam, la más corta de la red viaria y que comunicaba Sevilla con Itálica, la actual Santiponce.
La número XXIII, Item ab ostio fluminis Anae Emeritam usque, que unía Ayamonte, en la desembocadura del río Guadiana, con Mérida. El peregrino coge el itinerario de esta calzada en Santiponce y sigue por sus inmediaciones hasta Mérida, pasando por las localidades de Castilblanco de los Arroyos, Almadén de la Plata, El Real de la Jara, Monesterio, Fuente de Cantos, Zafra, Villafranca de los Barros y Torremejía.
La número XXIV, Item ab Emerita Caesaraugustam, enlazaba Mérida con Zaragoza. Se sigue desde Mérida hasta Zamora, desde el cauce del Guadiana hasta el Duero.
La número XXVI, Item ab Asturica Caesaraugustam, unía Astorga con Zaragoza y pasaba por Zamora, ciudad donde se coge para llegar hasta Astorga, fin de la Vía de la Plata.